ANDY VUELVE A LA ACADEMIA SÁNCHEZ-CASAL

Por Joanne Burns, Directora en ES International School, Barcelona.

Murray regresa a la Academia Sánchez-Casal en Barcelona donde pasó los “los dos mejores años de [su] vida”, y disfruta recordándolos con sus antiguos entrenadores y profesores.

 

“¿Dónde está la máquina de helados que estaba aquí?” fue una de las sorprendentes preguntas planteadas por el número uno del mundo Sir Andy Murray cuando vino a visitarnos a sus antiguas pistas de entrenamiento en ASC en Barcelona la semana pasada. De visita en la ciudad para jugar el Trofeo Conde de Godó, Sir Andy Murray estuvo en nuestro campus para inaugurar la pista que lleva su nombre. Los alrededor de 100 estudiantes-atletas que actualmente siguen sus estudios y entrenan en ASC y ES International School escucharon admirados, emocionados y maravillados como Sir Andy les habló de sus recuerdos de los dos años que estuvo estudiando y entrenando en el colegio y la Academia.

 

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Andy les habló acerca de las valiosas y aún “frescas” lecciones que aprendió aquí, y su actitud humilde y modesta le convirtió ante nuestros atletas en una persona más parecida a un hermano mayor que en el ídolo del tenis que realmente es. Saludó cariñosamente a sus ex-entrenadores en la Academia: Pato Álvarez, Pep Plasin y Sergio Casal. Nuestros actuales estudiantes atletas asintieron ante sus comentarios, aplaudieron y se rieron con complicidad mientras Andy les hablaba de su experiencia. El nº 1 del mundo destacó los valores del trabajo duro, de la perseverancia y de la disciplina, valores que dijo haber aprendido en su estancia en Sánchez-Casal. “Yo aprendí a trabajar duro aquí,  y aprendí lo que es la disciplina”, les dijo a los estudiantes-atletas que hoy siguen sus pasos. “No había estado en la Academia desde hacía 7 u 8 años y es emocionante volver. Nunca pensé en llegar a ser el nº1 del mundo, pero ha pasado, y gran parte de todo ello empezó aquí”.

 
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Después de la ceremonia, Andy posó generosamente para selfies y firmó una multitud de objetos a sus jóvenes fans: pelotas de tenis, gorras, toallas, fundas de teléfonos móviles, zapatillas y camisetas. Su calidez y amabilidad dejaban ver claramente el vínculo que sentía con los jóvenes estudiantes-atletas que tratan de seguir sus pasos en la tierra batida de ASC. Después de los autógrafos y de las fotos, Andy pidió ver las aulas donde estudió y su antiguo dormitorio. Su curiosidad y emoción eran palpables mientras visitaba los espacios donde había pasado dos de sus años más formativos.

Estoy segura de que Emilio Sánchez Vicario, director de la Academia Sánchez-Casal, sabía desde el primer día que Murray tenía todo lo necesario para convertirse en profesional, pero yo, su nada suspicaz profesora de literatura inglesa en septiembre de 2002, no tenía idea de su potencial. Sí que recuerdo vívidamente mi primer día enseñando en la escuela, en el que conocí a Andy Murray, un chico desgarbado, de pelo rizado, en mi clase de literatura inglesa, recién aterrizado del avión de Escocia, listo para jugar al tenis e ir a la escuela. Recuerdo que obtuvo el 100% en la prueba de nivel de inglés que le hice, a su manera tranquila y sin pretensiones, obteniendo excelencia sin esfuerzo, también en el aula. El foco de Andy estaba claramente puesto en el tenis, pero eso no le impidió que también obtuviera buenos resultados en la escuela.

 
Murray and Burns Selfie

 

Durante su retorno de esta semana, Andy se mostró nostálgico por los viejos tiempos y, juntos, visitamos el aula donde le había dado clases (actualmente el espacio está ocupado por la Recepción del colegio). Para mi sorpresa, Andy es actualmente tal y como yo lo recordaba. Se mostró como una persona sencilla, nada pretenciosa y genuinamente emocionado al visitar los lugares donde estuvo de niño. Con entusiasmo casi infantil, fue de clase en clase, observando encantado el mobiliario y la decoración. Recordó sus clases de francés, en las cuales nos contó que su mejor amigo trataba de copiarle los deberes. Como muchos de nuestros alumnos, recordó viejas travesuras cometidas junto a sus compañeros, pero estas historias sobre cómo trataban de copiar los deberes o sobre cómo se “hinchaban” de helado no hacían más que constatar la deliciosa impresión de que estaba reviviendo algunos de los mejores recuerdos de su infancia.

Recuerdo que en el mes de abril de su primer año en la escuela, Andy se marchó a un torneo, así que le di dos semanas de tareas para realizar mientras estuviera fuera. Sin embargo, el viaje resultó ser más largo de lo inicialmente previsto. Durante los meses de abril y mayo, él y su compañero Dani Vallverdú estuvieron imparables en Italia y ganaron nada menos que 4 Torneos Grado 1 y 2 Torneos ITF de un tirón en dobles. Además, Andy también ganó 2 títulos individuales Grado 2 en el mismo viaje. Vallverdú se convertiría más adelante en pareja de juego de Andy y, más adelante todavía, en su coach. Probablemente los vínculos forjados durante ese viaje los unió en su carrera profesional. Cuando Andy volvió de ese viaje, recuerdo que su cabeza no paraba de dar vueltas a su abrumador éxito y que, inicialmente, le costó volver a centrarse en clase. Desde entonces, cuando miro atrás sólo puedo ver cómo superaba cada vez todas nuestras expectativas. Andy estaba despegando el vuelo como jugador y, antes de que nos diéramos cuenta, ya había ganado, con 17 años, el US Grand Slam Junior.

 
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Esta semana, al regresar Andy a inaugurar una pista con su nombre, le di la bienvenida a un ex-alumno educado y emocionado. Tras años en el Circuito, saludó a los jóvenes estudiantes de la Academia como si fueran sus viejos amigos, recordando afectuosamente “los mejores años de [su] vida”. Tras visitar su antiguo dormitorio (la habitación nº4 de la residencia), se paró a ver cómo uno de nuestros actuales estudiantes del programa anual, de 14 años, estaba entrenando en pista con su entrenador. Para sorpresa de todos y, especialmente, del joven jugador, Andy entró en la pista, pidió prestada la raqueta al entrenador y empezó a pelotear. Con la elegancia, control y potencia que el mundo entero reconoce en el estilo de Andy, golpeó de derecha y del revés varias pelotas con varios de nuestros alumnos anuales. Andy parecía encontrarse en casa, a pesar de los años transcurridos desde que dio el paso de amateur a profesional. Fue como si nunca se hubiera ido, como si aquel chico escocés, desgarbado, de 15 años hubiera vuelto. Sólo que ahora ya no es desgarbado. Ahora es el número 1 del mundo. Fue extraordinario darle la bienvenida de nuevo a Andy. La próxima vez, ¡le invitaremos a un helado!

Joanne Burns
Directora del colegio, ES International School, Barcelona.

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